La cartomancia es una práctica aplicada frecuentemente en la adivinación de origen milenaria, que surgió inicialmente en España, Francia, Portugal en baja edad media, y su función estuvo siempre vinculada con la predicción del futuro.
El instrumento principal para esta práctica ha sido las cartas del tarot o conocida desde sus inicios como barajas de naipes. Este último nombre llegó a Europa a mediados del siglo XIV, gracias a las influencias generadas en Egipto.
Entre las 21 cartas se encuentran: El Mago, La Sacerdotisa, El Emperatriz, El Emperador, El Sumo Sacerdote, Los Enamorados, El Carro, Justicia, El Ermitaño, La Rueda de la Fortuna, Fuerza, El Colgado, Templanza, El Diablo, La Torre, La Estrella, La Luna, El Sol, El Juicio y El Mundo, La Muerte. Cada uno de ellos son conocidos en el Tarot como los Arcanos Mayores.
Estás cartas mejor conocidas como triunfos, fueron creadas en el año 1377 y con el pasar del tiempo se fueron modernizando, y no fue sino hasta 40 años más tarde cuando se crearon unas nuevas cartas por Mariano de Tortona. Desde entonces las modernizaciones de las cartas se han venido desarrollando poco a poco.
Es importante mencionar que las cartas del triunfo tienes mucha relación con el sistema místico llamado Cábala, pues esta es la representación de los Arcanos Mayores y Menor es que constituyentes estás cartas.
Cábala y Tarot
Para entender mejor este concepto es necesario mencionar que la Cábala es considerado un sistema filosófico y religioso, esencialmente judío que según las investigaciones trata de descubrir la naturaleza de Dios y del Universo mediante una interpretación mística de la Sagrada Escritura del Antiguo Testamento.
La doctrina de la Cábala se presenta como una tradición oral formada desde Adán hasta los profetas y transmitida luego por los escritores bíblicos. Quizá su verdadero origen esté en el exilio del pueblo judío, en Babilonia.
Su primera época de transición llegó aproximadamente hasta el siglo III d.C. En los años siguientes sus orígenes se difundieron por el oriente y aparecieron los primeros escritos, entre ellos se puede mencionar el libro de la creación llamado Séfer Yesizá.
Su representación simbólica se fundamentó en las bases del esoterismo y su mayor auge se originó entre los siglos X y XVI en el Occidente, donde por medio de filósofo, judíos y españoles como Ibn Gabirol, quién ejerció su notable influencia sobre el místico cristiano Johannes Eckehart y el hispano Ramón Llull.
Algo que también le dió más fuerza fue el racionalismo ilustrado del siglo XVIII el cual invadió el terreno del misterio en que se germinaba la Cábala y aunque no favoreció mucho al sistema filosófico, pero sus enseñanzas se vieron fortalecidas y perduraron en el mundo judío conocido como hasidismo, desarrollado sobre todo en Centroeuropa.
A pesar de que la mística de la Cábala mantiene su teoría propia en la religión judía contiene implicaciones panteístas, derivadas mayormente del neoplatonismo.
Su método de interpretación es denominado aritmético y para ellos se establecen combinaciones de números divinos asignados a las 22 letras del alfabeto hebreo, a fin de deducir nuevos sentidos ocultos en la Sagrada Escritura.
Ahora bien entendiendo, abiertamente el verdadero significado de la Cábala se puede decir que encaja perfectamente con el tarot, debido a que según lo expresado en el párrafo anterior las 22 letras del alfabeto hebreo que conforman el sistema se sincretisa con los 22 arcanos mayores que constituyen las barajas del tarot.
El Árbol de la vida
No obstante, también es importante mencionar que así como existen Arcanos Mayores en el tarot también existe Arcanos Menores y ellos también tienen semejanza en la Cábala y aquí entra a relucir el término Sefiroth que no es más que los 10 poderes comprendidos por los serafines. A ellos le llamamos el Árbol de la Vida, estás conjugadas con los Arcanos Mayores conforman las 22 cartas del tarot.
Al igual que los Arcanos Mayores, los menores también se comprenden de una línea gerárquica en la cual se destacan: Malkuth, Yesod, Netzach, Hod, Tiphareth, Geburah, Binah, Chesed, Chimal, Kether y Daath. Cada uno de ellos representan las cualidades del individuo, serenidad, belleza, abundancia, familia, severidad, riquezas, sabiduría, entre otros.
Se presume que los creadores de la Cábala estaban enteramente vinculados con el tarot lo que quiere decir que este sistema de misticismo es milenario y aún sigue manteniéndose en la sociedad a escala global dentro de las artes oscuras.