Existe una confrontación al pensar sobre estos amarres de amor, muchas preguntas y muchas variables pueden surgir ante este polémico tema, y sí, es polémico, despierta profundos sentimientos y emociones (en la mayoría, de no ser así, no estaría categorizado como polémico) en las personas, en la masa, en el pensar de cada integrante de este grupo social y cultural.
¿Puedo perjudicar a quien recibe el amarre?
Curiosa pregunta, con una aún más curiosa respuesta. Aceptando el hecho de que cada continente, cada país, cada estado, cada ciudad, cada grupo social, posee una cultura que le caracteriza, dentro de esas características existen unas condiciones y prejuicios que permiten, aceptan y toleran ciertos comportamientos para ciertas circunstancias, colocando en la mesa el uso de los amarres para conseguir, fortalecer, el amor de nuestro amorío, queda en tela de juicio para cada uno de ellos si es aceptable tal comportamiento, tal forma de perpetuar un ritual que nos asegure conseguir nuestro objetivo.
Sabiendo esto, existe la creencia de que el amarre puede llegar a ser perjudicial para quienes son los que reciben el hechizo, tanto para quienes lo están realizando. Hay que tomar en cuenta que estamos hablando de un ritual, un ritual para el amor, sí, pero ritual es, de no cuidar y asegurar nuestros paso a paso, para no equivocarnos y resultar heridos (en el peor de los casos) dependiendo de lo fuerte que puede llegar a ser tal conjunto de condiciones, materiales y carga espiritual al momento de efectuarlo.
Temor a ser estafado
Si desde antes del internet grandes personas han sido víctimas de algún tipo de estafa, dando datos importantes (bancarios, por ejemplo) a desconocidos que, luego, han hecho de sus andanzas para poder vaciar sus cuentas bancarias. Otra forma de estafa habría sido por la compra de algún producto y/o servicio, visto por la televisión, escuchado por la radia, o recomendado por algunos de sus familiares o amigos; decepcionandose por lo que han recibido, queda expuesto las expectativas que le otorgamos al producto, esperando más cuando fue todo lo contrario.
Va al caso, hablando de expectativas, sucede cuando vemos a alguien por primera vez, y, a medida que pasa el tiempo, lo conocemos, resulta que no es cómo lo llegamos a idealizar. Volviendo al tema central del amarre para el amor, habrá “profesionales” que se aprovecharán de las desgracias, de la necesidad de un infortunado, para jugar, primero, con sus sentimientos; segundo, su dinero. Obviamente con el objetivo de conseguir lo segundo, jugando con lo primero, sin importar de lo primero, se puede anexar el tiempo del cliente.
Podemos reconocer que estafadores hay en todos lados, y existirán hasta el fin del mundo, a lo largo y ancho de la vivencia del humano en este maravilloso planeta, lleno de ocurrencias y personas peculiares; queda de parte nuestra, según nuestros conocimientos y experiencias, saber advertir y reconocer cuándo podremos ser potenciales estafados, poder rechazar lo que se nos vende, ofrece y dejar a un lado nuestra subjetividad, logrando un juicio objetivo y preciso. Mientras podamos ayudarnos, incluyendo a los demás, podemos evitar caer en esta desgracia.
Hay que saber cómo tratar este negocio, al fin y al cabo es lo que es, un trabajo honrado que permite generar ganancias, a su vez, permite que el cliente quede satisfecho. Gracias a Alicia Collado posee opiniones muy favorables que serán de gran ayuda.
Un punto importante es el hechizo en sí, lo que estamos solicitando en función de lo que queremos lograr, o lo que deseamos obtener, para poder estar satisfechos con lo que estamos comprando, haciendo hincapié en el servicio, en lo eficaz que pueda llegar a ser, lo duradero y lo efectivo.
Seguimiento tras el amarre
Muchos profesionales recomiendan un seguimiento tras efectuar el amarre, el hechizo, para poder reforzarlo si es necesario, si la situación lo merita. También queda de la mano del cliente, si ve necesario que se vuelva a afianzar, reforzar el enlace que lo une con su amado o amada. Son cosas que hay que tener en cuenta.